Ir al contenido principal
Yo caminaba, en esos días de febrero fríos, casi gélidos, mi rostro agradecía el calor del poco sol que asomaba tras la montaña. La sombra del árbol amenazaba con no dejarme disfrutar, pero por ahora sin su vestido de hojas casi no tenía nada que hacer.
Tomada en Sámano. Cantabria