Ahora que la maldita crisis nos invade, la primera fila se ha quedado vacía. En la primera fila del teatro del mundo se veía pasar el tiempo, se vigilaba cada maniobra y cada turno de trabajo, se encontraban motivos para seguir sobreviviendo en la vejez. Se llenaba de algún modo el poco tiempo que quedaba, ahora no hay nada.
Tomada en Leioa