Recuerdos de niñez

Aquella despensa era como un cuarto de aventuras, tenía un olor especial adquirido por lo que allí se guardaba y por el paso del tiempo, en los estantes se apilaban mil y una cosas desordenadas. Lo mismo se apilaban jabones hechos en casa, que tripas de cerdo para hacer morcillas, estaba lleno de montones de llaves de hierro, trapos, planchas, lanas, cosas que quedaron de la guerra, revistas... etc. Recuerdos que vienen ahora a mi memoria ya en la madurez dando sentido a la pérdida de la vida.


Tomada en Bilbao