Cuando bajó la marea apareció el objeto que todos querían, me persiguieron para arrebatarmelo durante muchos metros, eran más fuertes que yo y corrían más rápido, hasta que me derribaron, caí, pero aún y todo me resistí largamente, no podía ceder a su pretensión. Un grito lejano de casi imperceptible alarma, alertó de lo que estaba sucediendo y las aguas volvieron a su cauce.
Tomada en la playa Ereaga. Getxo