Parálisis

Mi destino estaba al final de aquella carretera, llevaba muchos años recorridos en esa búsqueda y por fin lo había encontrado, solo me quedaban apenas unos metros. Pero allí delante, como puesto a propósito por Lucifer, estaba aquel gato negro. No, no podía pasar, su silueta me lo impedía, hurgando en mi interior vi de nuevo los años de alcohol, de desgracia, de miseria. Me froté los ojos por si fuera una ilusión, pero seguía allí, no tenía escapatoria. Tuve que volver atrás.

Tomada en Getxo