La casa el diciembre 01, 2013 Las familias a veces dejan morir sus raíces. Ya no se oyen los gritos de los niños, esos niños que hoy puede que hayan llegado a cumplir 90 años y que las circunstancias de la vida hicieron que establecieran sus vidas a miles de kilómetros. Tomada en Berango. Bizkaia