Marcas de calor

No caía ni una sola gota desde hace tiempo. Los colores estaban empezando a desaparecer, adiós a los verdes, a los diversos y coloridos pétalos de las flores, adiós incluso a los amarillos, todo adquiría el color pajizo o pardo de lo ya agostado. Sin embargo la tierra al ir desapareciendo la poca humedad que le quedaba ofrecía tonos rojizos, tostados con esas finas lineas entrelazadas como un mosaico torpemente dibujado.
Tomada en  la provincia de Burgos