Invitación al descanso

banco
Camino, camino cada vez más deprisa porque necesito quemar algo, no sólo lo relacionado con lo físico sino también lo figurado, quizá  las que me hagan continuar sean las endorfinas, pues realmente me pregunto de qué sirve mi esfuerzo casi diario. Los bancos del paseo me miran vacíos invitándome. Yo sin embargo, me resisto.
(Paseo de punta Begoña. Getxo. Bizkaia)