La mirada


Esa mañana había amanecido con niebla, la visibilidad era escasa, así que decidí por fin salir del escondrijo. Sólo tenía que atravesar algunos campos, la niebla me ayudaría a pasar desapercibido y pronto estaría a salvo. ¡Cuánto lo deseaba! pero... esas estúpidas ovejas ¿por qué en cuanto me vieron se acercaron todas en rebaño a mirarme?
 Tomada en Sarria. Alava